domingo, 31 de marzo de 2019

Esta soy yo, una de mis yo...

Como casi siempre que escribo no sé por dónde empezar porque tampoco tengo muy claro qué voy a contar. Solo siento una necesidad de ponerme delante del papel, o teclado, y que mi corazón se conecte directamente con mis manos y dejarlas ir de un lado a otro del abecedario hasta que ya no sepan qué más contar. Hoy he sentido eso. En plena resaca de migraña, como yo lo llamo porque la sensación de mal cuerpo tras un ataque es similar a la de una gran borrachera, tras leer un mensaje de una chica que me ha removido muchas cosas y me ha remontado al pasado, he decidido escribir un post. 
Quizá la razón que me impulsa a hacerlo sea seguir felicitándome a mi misma día tras días por un duro trabajo de superación que me llevó a salir de un gran agujero o túnel sin salida. Quizá sea que me conozcáis un poquito o quizá sea explicar el por qué de la decisión de unirme a este proyecto y lo orgullosa que estoy de ello.
He sufrido desde mi adolescencia de trastornos alimentarios hasta después de tener a mi primera hija. Muchos años de altibajos, compensando para disimular y en apariencia una chica sin problemas. Hasta el post-parto. Un año después de ser madre, ver que no había recuperado mi cuerpo me desestabilizó y se me fue de las manos. Ahí ya no compensaba, ni disimulaba. Perder 10 kilos en menos de tres meses una persona que está en normopeso no se puede ocultar. Por suerte pensar en mi hija y en lo que podría trasmitirle con mi ejemplo me hizo abrir los ojos y voluntariamente buscar ayuda. Fueron unos años de terapia grupal e individual que me ayudaron a entender y aceptar muchas cosas y saber también que con mi cuerpo y la comida voy a tener que lidiar el resto de mi vida por lo que es mejor que nos llevemos bien y a la vez que entienda que voy a estar siempre en la cuerda floja enfrentándome a mis fantasmas todos y cada uno de los días de mi vida en cada uno de los momentos que tenga que sentarme a comer. A un alcohólico por ejemplo, salvando las distancias y con todos mis respetos y admiración a sus esfuerzos, si le quitas de en medio el motivo de su adicción ya tiene una pequeña parte de proceso de curación pero ni nuestro cuerpo ni la comida pueden desaparecer de nuestra vida. Esto es un pequeño resumen porque no me quiero extender y aburriros... si alguien necesita de mi experiencia no tengo ningún problema en escucharle y contestar.
Ahora me siento fuerte y feliz con mi proceso, con mi crecimiento personal y con todo lo aprendido. Es curioso darme cuenta de cómo la comida que era lo que en apariencia me estaba hundiendo (digo en apariencia porque era solo la punta del icerberg, el verdadero problema está debajo de la superficie) al final ha sido la medicina que me ha salvado. Ya lo decía mi psicóloga. Alimentarme de forma correcta y saludable fue mi tabla de salvación y cada día aprendo sobre ello. El mundo está lleno de nutricionistas, dietistas, endocrinos... todos ellos con sus estudios y sus títulos pero muchos sin entender que a veces detrás de un problema de peso lo que hay realmente es un problema mucho más serio. Yo no tengo ninguna de esas titulaciones, mi formación seguro que es muy básica comparada con la de estos profesionales como bien muchos de ellos se encargan de recordarme creyendo que así me menosprecian. Nada de eso, no lo consiguen porque no entienden de qué estamos hablando. Tengo muy claro que ni lo soy ni lo pretendo. Todo ese mundo abarca mucho más de lo que ahora mismo necesito. Yo solo intento dar ejemplo, asesorar, ayudar ... para eso no es necesario ser un experto. Nutrirse bien y saludable al final es muy fácil a no ser que hablemos de alergias. Hay cosas básicas que debemos cumplir y que muchas personas no tienen en cuenta. Simplemente eso y sobretodo escuchar y motivar. Mi experiencia creo que es fundamental para ello por eso me decidí a emprender este maravilloso proyecto...
Debo confesar que quería empezar para nutrirme correctamente por mis problemas de salud pero a la vez mi miedo a volver a obsesionarme con el tema me frenaba así como recordar las veces que he sentido que quien me ponía a dieta no me estaba entendiendo. Al final fue eso mismo lo que me empujó a decidirme. Yo sí iba a entenderlos, yo sí iba a escucharlos, yo sí que tenía la experiencia personal que a veces es la más importante. 
Me encanta ayudar, me encanta escuchar, me encanta la comunicación (diré que mi sueño era estudiar periodismo o psicología y, aunque no pudo ser, al final he estudiado marketing y comunicación. Creo que eso lo deja claro) y hacer de coach a personas que necesitan motivación y confianza en ellas mismas a veces va a ser una experiencia increíble. Daros la mano en el camino va a ser un regalo. Hace un momento me ha escrito para agradecerme mi apoyo, eso vale mucho. Quizá al final ellas me ayudan a mi sintiéndome realizada por fin....


coach y motivación







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