miércoles, 30 de septiembre de 2015

Fin de una etapa especial

Hasta aquí. Se acabó. Punto y final a una etapa, punto y seguido en mi vida...
Alguien me dijo una vez que tenía que escribir cartas de despedida a todo aquello que acababa porque es necesario cerrar puertas para poder avanzar y creo que esta es una carta muy necesaria y muy importante. 
Se acaba un año mágico, un año irreal para enfrentarme a mi nueva y verdadera vida con todo lo que ello conlleva. He vivido dedicada plenamente a vosotros y aún así ahora me doy cuenta de lo poco que lo he aprovechado, me ha sabido a poco, necesito teneros cerca más tiempo, necesito seguir viendo vuestra sonrisa cada mañana y nuestras peleillas rutinarias siempre por las mismas cosas pero no es posible. 
Hubo momentos que no disfruté por pequeñeces que te complican, mejor dicho que nosotros dejamos que nos compliquen, y ahora me arrepiento del tiempo perdido que no volverá. Habrán otros pero diferentes, esos no volverán... crecéis cada minuto que pasa y no quiero perdérmelo pero tampoco puedo hacer otra cosa, con toda la pena de mi corazón en breve me levantaré camino a mis nuevas rutinas y os dejaré atrás. Sé que a mi vuelta vais a estar esperándome, sé que me vais a querer igual y vais a abrazarme con fuerza como si no hubiera pasado nada, como si no me hubiera separado de vosotros durante tantas horas... habrán cosas y momentos que ya no compartiremos y sé que esto a vosotros también os supone un cambio. Nuevos horarios y nuevas rutinas y sé que este ritmo de vida os puede afectar, sé que os hará crecer más rápido y tendréis que adquirir nuevas responsabilidades que no sé si son justas para vuestra edad. Realmente la respuesta la sé, no es justo. No es justo que paséis tantas horas al día sin los padres, que vayáis de un lado a otro como marionetas para cuadrar horarios...hoy con los yayos, hoy extraescolares, hoy comedor, hoy aquí, hoy allí, hoy mamá no está y papá si, al otro al revés, pasado mañana no hay nadie en casa...no es justo para vosotros y no es justo para nosotros. Nos perdemos tantas cosas unos de los otros...y a vuestras edades hay tantas cosas que es la primera vez y que no podremos vivir juntos... No es justo, es triste.
Ahora no debo mirar atrás, estos meses pasaron y nada se puede hacer de lo no vivido ni lo de no aprovechado. Ahora solo mirar adelante y sobrevivir las horas en la distancia pensando en la sonrisa de vuestra cara en el momento de vernos y ese abrazo que no tiene precio

lunes, 7 de septiembre de 2015

Perdida

Y la vida pasa... Mientras piensas qué pasará ella va pasando...así sin más. Y cada minuto más es un minuto menos pero nos centramos en nuestros grandes dilemas y estas pequeñas cosas las pasamos por alto y un día miras atrás y ves que, minuto a minuto, has perdido tanto...horas que pasaron, días que acabaron, sonrisas que no viste, momentos que no valoraste. Y ya es tarde. Puedes intentar disfrutar de lo que viene pero lo pasado ya se fue y no sabes ni como pasó... Ahora en el parque mirando como danzan las hojas de los árboles bajo la caricia del viento valoras esas cosas...y lo peor es que ahora lo ves todo tan fácil y tan simple y volverás a lo mismo sin darte cuenta, sin poderlo evitar. Volverás a estar perdida, a no saber quién quieres ni lo qué quieres. Volverás a preguntarte una y otra vez dónde está tu lugar y si estás dónde quieres. Volverás a buscar y no encontrar, volverás a los pros  y los contras, volverás a poner tu cuerpo en conflicto con una guerra mente y corazón, volverás a sentir que tú también tienes derecho y a la vez sentirás que has elegido tu camino y perdiste las oportunidades y el momento de cambio, volverás a necesitar sentirte importante y enseguida te dirás que ya no vas a ser más importante de lo que eres como madre y que ya no podrás serlo como persona individual ni como mujer...necesitarás una y otra vez tu espacio y verás que en ese mundo que solamente tú has creado no hay sitio para eso... Y te sentirás sola aunque no es eso lo que te molesta, quizá sea por supervivencia pero la soledad se ha vuelto tu aliada. Volverás a lo mismo, a caer una y otra vez porque es muy fácil decir que vas a vivir el Ahora, que vas a sonreir y disfrutar de lo que tienes pero cuando tu cuerpo, tu mente y corazón están atrapados en un lugar que no quieren estar, cuando estás perdida en este mundo, cuando no encuentras una salida ni solución a ese vacío interior el Ahora no importa, las sonrisas están sobrevaloradas y no puedes disfrutar de lo que tienes porque sería resignarte a que eso es lo que hay...y sólo queda esperar. Esperar el día que llegue a tu vida esa señal que necesitas para encontrarte, para ser tú plenamente y para conocerte y dejar que los demás lo hagan o esperar el momento de conseguir ordenar tu YO que es la suma de todas y cada una de las vivencias, de todas las batallas ganadas y sobretodo lo que es el resultado de todas las perdidas... Quizá la solución llegará cuando seas capaz de ordenar tu vida, priorizar y ocupar el lugar que te mereces.

miércoles, 22 de julio de 2015

El sentido de mi vida

Te miro y aún me emociono como la primera vez que te vi, como la primera vez que vi a tu hermana, como una primeriza de nuevo porque con los siguientes hijos tienes experiencia en muchas cosas y vas de vuelta de todo en otras pero respecto a sensaciones y sentimientos cada vez es como la primera vez. Todos los momentos compartidos saben a poco, a pesar del cansancio, a pesar de la necesidad de un ratito de tener tu espacio a pesar de todos esos "daños colaterales" o pequeños sacrificios vale la pena porque, por mal que esté, sin todas estas cosas se puede vivir pero sin tu sonrisa, sin vuestra sonrisa mi vida ya no tiene sentido.
Hace un par de días habría vuelto a trabajar si no fuera por las vacaciones que tengo pendientes o la lactancia, hace un par de días hubiera vuelto a pasar el mal trago que pasé una vez, ese dolor en el pecho que solo entiende una madre trabajadora. Y me parece tan injusto... Por una parte pienso que el tiempo vuela y te estás haciendo mayor, que ya han pasado 16 semanas desde que pude descubrir tu carita real y por otro que aún eres tan pequeñito y me necesitas tanto y yo te necesito tanto a ti... Aún no sabes dormir, aún las noches son en vela, aún tu alimentación depende de mi, aún necesitas de mis brazos para tu consuelo... Solo puedo pensar lo injusto que es, las pocas ayudas o escasa flexibilidad que tenemos en este país con la conciliación laboral y familiar y si a algo tan básico y necesario como la natalidad y la familia se la da tan poca importancia qué podemos esperar del resto...
Me ha sabido a poco lo que he disfrutado de ti, tu hermana también me necesita y no he podido dedicarte todo el tiempo que quisiera para conocerte, para conocernos.. Por otro lado gracias a ella he podido vivirlo con otro sentimiento. Ella me empezó a enseñar la lección y contigo he acabado de aprenderla: aquí y ahora. Y nada más importa

jueves, 19 de marzo de 2015

¿Por qué decido tener otro hijo?

Este texto no sale de un principio por propia iniciativa, son "deberes" de un largo proceso de terapia personal que llevo a cabo pero he decidido compartirlo porque creo que con este también muchas madres pueden identificarse y después del post anterior creo que también es bueno recordar la cara feliz de la moneda de ser mamá. Puede considerarse la segunda parte del otro, mejor dicho, la otra parte.

Ahora que a veces dudo de si lo estoy haciendo bien no lo tengo tan claro pero cuando nació mi princesa recuerdo que pensé que yo había venido al mundo para ser madre. Toda mi vida buscando mi lugar y de pronto entendí donde estaba. Supongo que esa primera sensación tan fuerte puede más que todo y a pesar de los pesares he querido vivirlo todo de nuevo. Es una experiencia dura para todos en general y para mi en particular pero vale tanto la pena vivirla... Recuerdo que el año que nació me pasaron a mi y a mi alrededor cosas no demasiado buenas, incluso alguna mala y siempre me preguntaba con unas amigas que cuándo se iba a acabar esa racha; entonces pensaba que si la vida era una cal y otra de arena aún me quedaba mucho malo por vivir ese año para equilibrar la balanza con lo que había significado ser madre.
Es algo inexplicable de pronto tener una vida que crece dentro de ti, de la nada se crea un ser maravilloso. Son mágicas todas esas sensaciones físicas dentro, primero como un hormigueo, luego unas burbujitas que dan paso a pequeños movimientos hasta los golpes que puedes sentir e incluso verlos en tu barriga. Saber que tu cuerpo es capaz de dar cobijo y alimentar a un ser tan pequeño, ese que tantas veces puedes haber criticado e incluso odiado se ha convertido en la maquinaria más perfecta que existe, la más especial, la chistera más mágica, el lienzo más creativo...arte puro, una obra de arte, magia e ilusionismo hecho realidad... ante tal misterio de la vida me quedo sin palabras, quiero expresar y no encuentro como describirlo. 
Intento responder a por qué decido tener otro hijo y el hecho de tenerlo es de tal dimensión que no tengo mucho más que decir. Quizá la respuesta esté en el luego, después de ese proceso. Quizá el momento de ver su carita y tocar sus manitas sea el más maravilloso. O poder olerle por primera vez. Verlo dormir en tus brazos. Sus intentos de tocarte cuando te acercas. Sus sonrisas de bebé y esas risas de más mayor, tan inocentes, tan felices... Quizá sea porque era el sueño de mi hija, ser una hermana mayor y quería darle la oportunidad de disfrutar de esa otra experiencia increíble que es tener un hermano. Quizá egoístamente lo decido para sentirme necesaria, querida sin condiciones, ser la persona más importante en la vida de alguien. Porque con los hijos realmente sabes lo que es sentirte querida, tan pequeños son tan sinceros y tan nobles... te dan tanto amor sin pedir nada, tantas muestras de cariño. Cada mirada, cada caricia, cada vez que dicen un "te quiero", cada sonrisa al verte aparecer, cada abrazo cuando más lo necesitas. Gestos que consiguen que olvides el resto del mundo porque ya tu mundo sólo es él. La conocida frase de enamorados "Te quiero no por quien eres sino por quien soy estando contigo" adquiere en este caso una nueva dimensión y podría ser perfectamente aplicable a lo que significa ser mamá... quizá por eso también decido volver a serlo.
Ha sido un duro camino que ahora llega a su fin y con la alegría de lo que viene aparece la pena de lo que se va. Ahora en los últimos días siento que no quiero perder estas sensaciones que probablemente nunca más vuelva a sentir, quiero saborear más que nunca cada instante que me queda embarazada. Quisiera no olvidar nunca ninguna de las sensaciones igual que me pasará luego cuando el tiempo vuele y mi bebé ya no lo sea tanto... El único fallo que le encuentro a todo esto es el poco tiempo que tenemos para disfrutar cada una de las sensaciones que se viven. Siempre digo que el primer año de vida debería durar por lo menos dos. Todo el doble de lento, para que todo sea el doble de consciente y el doble de placentero. Algo tan especial no puede irse tan rápido... aunque luego llegan otras experiencias y tu pequeñ@, ya convertido en personita, sigue haciendo que te sientas la persona más afortunada de la tierra. Cada vez que le ayudas o le cuidas cuando está enfermit@, cada vez que compartes un ratito de juegos o manualidades a su lado, cuando tienes que reorganizar tu día entero por estar con él, cuando corre a tu lado nada más verte llegar al cole, cuando tus prioridades pasan a un segundo o tercer o cuarto plano, cuando ves su expresión la mañana de Reyes, cada vez que tienes que sacrificar algo por ellos o hacer un esfuerzo extra, cuando haces algo tan simple como ver unos dibujos a su lado, cuando le felicitas por lo bien que lo hace, cuando le pides que te de un abrazo,... con cada cosa que haces, solo por su bien directa o indirectamente e incluso a pesar de tu propia libertad, obtienes la mayor de las recompensas: ver la felicidad y el amor en la cara de un niño. Ese es el mejor "gracias" que puede existir. Y tú entonces con tu sonrisa autómatica e involuntaria ante la situación le contestas sin palabras "gracias a ti por todo lo que me das con tan poco".
Ahora en la cuenta atrás solo pienso en ese instante de verlos a los dos juntos, en ese momento en que reviva tanta magia y en el momento de ver a mi niña tan mayor... ha crecido mucho pero me sigue sorprendiendo cada día y sé que en esta nueva experiencia también lo hará. No sé cuánto llegaré a querer a mi hijo, supongo que tanto como a mi princesa, pero si tenía en algún momento la duda de si el nuevo bebé iba a desplazarla de mi corazón puedo decir ya, y todavía no ha nacido, que aún la quiero más si cabe. Desde el momento que supe que estaba embarazada mi lazo con ella aún se estrechó más y verla tan feliz e implicada me emociona cada día. Estas sensaciones nuevas no las conocía, no sabía que llegarían pero ahora puedo decir que lo que supone haber decidido volver a ser mamá es algo tan grande que, como sentí al nacer ella, creo que he venido a eso...


viernes, 13 de marzo de 2015

Aquello que nunca te contaron y tú tampoco te atreves a decir en voz alta

A punto de tener mi segundo hijo, recordando y reviviendo tantas emociones decido escribir este post quizá también para autoconvencerme de que no pasa nada por sentirme como puedo llegar a hacerlo y a su vez atreverme a decir en voz alta que esta vez no voy a avergonzarme por todo el cúmulo de emociones que pueden llegar, que van a llegar seguro. Las buenas, las bonitas, esas de las que todo el mundo habla y las no tan buenas ni tan maravillosas, esas que nunca te han contado...
Hace pocos días una conocida que acaba de ser mamá lloraba sin querer al explicarme como se sentía y removió en mi tantos recuerdos y emociones que también han ayudado a querer escribir todo esto. Verla sincerarse así me hizo darme cuenta de que mi experiencia no es solo mía y como sospechaba muchas mamis lo sienten y lo padecen a escondidas poniendo buena cara por delante.
Montones de libros, artículos en periódicos o blogs, revistas espacializadas, un sinfín de material a nuestro alcance sobre cómo hacer las cosas. Y por supuesto sin olvidar a la madre, la suegra, la tía que todo lo sabe, la vecina de enfrente, la hermana de la frutera que es psicóloga o la prima de la panadera que es educadora, esa amiga que ya tiene sus hijos adolescentes... todas esas mujeres que ya han olvidado aquellos momentos y sensaciones vividas o no lo han hecho pero tienen que aparentar llevar con dignidad la etiqueta de madre perfecta hipermegafeliz y por supuesto no pueden reconocer que no era tan fácil ni bonito como lo pintan. Personas que a veces te dan consejos, rectifico: personas que te imponen sus consejos por haber sido madre antes que tú y yo me pregunto ¿han tenido un equipo entero de fútbol de hijos para ser unas expertas? porque a ser madre se aprende rápido, nisiquiera rápido, es innato y teniendo un solo hijo ya eres tan madre como la que tiene esa gran cantidad de dos y se cree con derecho a juzgar todos y cada uno de tus movimientos. Hay quien dice que los bebés vienen sin manual de instrucciones y no estoy de acuerdo. Si buscas y te informas un poco enseguida te sacas el Máster de Mamá. Cómo cambiar pañales, que hacer con los cólicos, cómo dormir al bebé, recetas de primeras papillas, monográficos de biberones y chupetes, las mejores cremas para hidratar y para las rojeces del pañal, ... puedes aprender de todo lo que quieras, hay información y consejos de absolutamente todo. Al tercer día todo lo básico lo tienes dominado y cada nueva cosa que llega enseguida la dominas. Hacer de madre es fácil, todo está escrito, todo se repite en cada bebé que nace y el sentido común de cada una de nosotras hará que lo hagamos lo mejor posible. Este mismo sentido común es el que yo creo debemos poner en práctica para la educación de nuestros pequeños. A parte de las cosas básicas y universales luego están las diferentes teorías y posturas que parecen la guerra entre mamás. Que si los bebés no deben cogerse porque se acostumbran, que si los bebés necesitan el contacto materno sobretodo para desarrollar su autoestima y propia identidad; que si no deben pedirlo todo llorando (que yo sin querer posicionarme con ninguna teoría esto es algo que me hace mucha gracia y me pregunto cómo un bebé de pocos meses lo puede pedir sino es así), que si llorar es su instinto de supervivencia; que si es malo dormir con ellos porque crea dependencia o que si la seguridad de los padres los primeros meses es fundamental para su desarrollo; que si prolongar la lactancia materna es casi una aberración o que si darles bibe es no crear lazos con el bebé; que si se les debe enseñar a dormir o que si dormir no se aprende hasta que no están preparados para hacerlo solos por mucho que quieras enseñarles; que si mimarles mucho o que si ponerles normas y límites ... en fin teorías opuestas que te pueden volver loca. Si tienes muy clara una postura supongo que lo ves bastante fácil pero yo por ejemplo ya he dicho que no me posiciono porque hay cosas de cada postura que entiendo, me gusta y comparto y otras también de cada una de ellas que me parecen absurdas o descabelladas. Así que opté por un popurri siempre, como comentaba, guiada por el sentido común. Todas las madres seguro que alguna vez se equivocan, a veces en cosas sin importancia, otras en cosas más importantes que luego ven con el tiempo pero eso no lo sabremos ahora. Una madre quiere a su hijo y haga lo que haga lo hace con la mejor intención y todo el amor del mundo y solo por eso ya merece un respeto y ninguna crítica. Me molesta ver como se juzga a quien lo hace diferente a ti. Hay quien piensa que su manera es la correcta sin admitir que hay muchas otras formas de hacer y que ella no es mejor madre que la otra ni quiere más a sus hijos. Me molesta aún más cuando viene de gente que ya ha olvidado lo difícil que es educar a un niño o de gente que ni siquiera sabe lo que es tener un hijo por mucha teoría o revistas que haya leído o nisiquiera eso, como opinar es gratis... Me molesta quien va dando consejos por el mundo cuando no los has pedido. Todas las mamás necesitan espacio, tiempo y respeto.
Al final me he enrollado un poco y me he ido del tema pero en el fondo también es importante y va con lo que iba a decir porque esa sensación de estar perdida entre tanta teoría y sentirte criticada decidas lo que decidas es, entre otras cosas, algo de eso que no te habían contado. 
Se habla de lo maravilloso de la experiencia, de todo lo que compensa, de todo lo que te aporta, de la magia de la naturaleza, de que es lo más bonito del mundo y no es comparable con nada, de la felicidad de ser mamá etc etc... mensajes subliminales que le dicen a tu mente que no es correcto sentir algo diferente a todo eso. Estando completamente de acuerdo con todas estas afirmaciones tan positivas también creo que hay otros sentimientos, sensaciones, experiencias y dudas que son lógicas y normales y son tabú comentar. No hace falta irse al extremo de la depresión post-parto, que también creo que existe y respeto porque puede ser algo perfectamente real y no juzgo a cada persona y sus circunstancias (al contrario de muchas otras madres que critican que una mujer pueda deprimirse tras serlo), hablo de esos momentos en qué te sientes agotada, perdida, esclava de otra personita, sientes que no eres tú y que tu vida ha cambiado por completo para siempre y has perdido esa libertad que tenías. Hablo de lo agotador y duro que es, aunque no lo parezca, pasar el día entero sin haber podido casi ir al w.c. ni asearte, sin darte una ducha y por supuesto olvídate de cremas, maquillajes y arreglarte a diario. Hablo de cuando el pijama o el chandal se convierten en tu aliado y te miras al espejo con esas ojeras, y esa tripa que no desaparece tan rápido como pensabas. Hablo de sentirte cansada y no poder dejar de llorar por cosas que son tonterías. Hablo de preguntarte si serás una buena madre por pensar en algún momento que a ver si se duerme de una vez y puedes respirar un rato, por echar de menos un tiempo para ti. Hablo de cuando crees firmemente lo mala madre que eres al reprimir las ganas de dar un grito o estampar (perdón por la expresión, quería exagerar y no he encontrado otra palabra) a esa cosa que no para de llorar desconsoladamente. Hablo del dolor de pechos mientras mama y el dolor de tu corazón por la duda de no saber si lo estás alimentando bien. Hablo por reprocharte que a lo mejor el primer día de tenerlo en tus brazos aún no tienes esa sensación de quererlo más que a nada y dar la vida por él que tanto te han hecho creer. Hablo de sentirte observada y juzgada por la gente de tu alrededor a cada cosa que haces o decides para tu bebé. Hablo de no poder tener tu casa tan limpia y ordenada como antes y sentirte mal por lo que tú crees es falta de higiene teniendo un bebé en casa y además de cara a unas visitas que vienen a no perderse detalle de como está todo a tu alrededor. Hablo de estar convencida de lo mala madre que eres al sentir y pensar todas esas cosas que nadie siente ni piensa. Hablo de sentirte decepcionada contigo misma por no ser capaz de ver solamente todo lo maravilloso de la experiencia ni parecer tan inmensamente feliz como parecen otras. Hablo de creer en alguna ocasión que esto te supera y no estabas preparada. Hablo de la sensación de distancia con tu pareja y no sentirte deseada, hablo de tu autoestima por el suelo y tus fuerzas con ella. Hablo de no sentirte comprendida porque se supone que estás viviendo la más maravillosa de las experiencias... hablo de muchas cosas que son la otra cara de la moneda, esas que no se explican y por ello sufres en silencio. En esos momentos yo únicamente me sentí 100% comprendida por unas personas que caminaban conmigo por el mismo camino. Todo esta nueva aventura en que nos habíamos embarcado nos unió un día y gracias a ellas pude compartir todas estas cosas que otras muchas mamás tienen que pasar ellas solas. Con el tiempo todo lo malo, mejor dicho lo menos bueno, se olvida así que no te sirve el consuelo de nadie más que quien está viviendo exactamente lo mismo que tú en ese mismo momento. Gracias a aquellas tardes de charla, aquellos momentos de desahogo, aquellos mails interminables de grupo para contar cualquier cosa que necesitábamos sacar, gracias a todo eso pude hacer más llevadero el significado al 100% de ser madre y pude entender que aunque no me lo había contado nadie es algo que existe y yo no era la peor madre del mundo.
Por supuesto que todo esto no es mi resumen de ser madre. Por supuesto tiene muchísimas otras cosas más que hacen que valga la pena, por supuesto estoy de acuerdo en lo maravillosa de la experiencia y la magia de la vida, por supuesto comparto que es lo más bonito que puede pasarle a una mujer... por supuesto es algo tan especial e indescriptible que he querido repetir, por supuesto ahora quiero a mi hija más que a nada en este mundo y daría mi vida por ella... pero sé que hay otra parte que también existe y debemos enfrentar. Sé que compensa ver su sonrisa al mirarte, sentir su cuerpecito al abrazarlos, oir su primer "mamá", compensa su olor y suavidad de su piel, sé que todo lo que esperaba e imaginaba es verdad y superado con creces pero también sé que no me contaron cosas que muchas sienten, que no se atreven a pensar ni reconocer y entre nosotras alimentamos esta atmósfera de superwoman perfecta y feliz y nos olvidamos que tener miedo, llorar, flaquear a veces, estar cansadas y pedir ayuda no es ser menos mujer ni mucho menos peor madre.

miércoles, 14 de enero de 2015

Llegaste tú, hace cinco años ya....

El momento se acercaba, ese que nunca sabes cuando llegará pero lo estás deseando, se despejaba esa incógnita tras 40 semanas de espera... hace cinco años a estas horas ya sabía que había empezado la cuenta atrás para ver por fin tu carita.
Había intentado imaginar cientos, miles de veces, como sería ese momento pero nunca imaginé que sería así. Sin dolor, sin signos aparentes, mi cuerpo estaba en apariencia como cualquier otro día cuando en la visita de control el ginecólogo me dijo que ya estabas de camino. La sorpresa fue mayúscula, yo seguía esperando esas molestas contracciones que parece que debía tener o esa rotura de aguas que te hace pasar un mal rato, llevaba días observando el lavabo buscando el famoso tapón... nada fue como pensé. Como tampoco lo ha sido luego. A menudo me sorprendes tanto... contigo al lado todo es algo improvisado y mejor de lo que pueda llegar a imaginar.
Llegaste rápido y tranquila, ya desde ese momento fuiste tan buena con unos padres primerizos... enseguida la sonrisa que aún te caracteriza iluminó nuestras vidas, apenas unas horas después de nacer ya sonreias sin parar para demostrarme que habías llegado para llenarnos de felicidad. No hay palabras para esos primeros momentos, es un cúmulo de sensaciones y emociones difíciles de describir. De pronto eres mamá y te sientes grande, con fuerzas para comerte el mundo y luchar por tu bebé y a la vez pequeña ante el milagro de la naturaleza. 
Pasaban los días y, a pesar de lo duro de la situación, lo hacías todo tan fácil... tan buena para todo y tan sociable como aún hoy día sigue siendo. También enseguida vimos tu parte de carácter fuerte y lo nerviosa que eras, algo que se ha ido acentuando con el tiempo pero siempre en el fondo maquillado con esa bondad que tienes. Soy realista y como madre también se pueden reconocer los defectos de los hijos y evidentemente tienes algunos como cualquier persona pero los sabes disimular con todas las virtudes. Me sorprende como alguien tan pequeño puede ser tan sensible y nada egoista, como cuidas tanto a tu familia y al bebé que aún no ha nacido, como eres capaz de ayudar y dar lo que tienes sin apenas esperar a que te lo pidan. A veces me quejo de tu carácter tan fuerte que alguna vez me supera pero cuando consigo respirar y te miro solo puedo sentir cuanto te quiero y lo orgullosa que estoy de ti. Eres tan madura e inteligente que a veces también se me olvida que solo tienes cuatro años, ya casi cinco. 
Vas a ser una gran persona, lo sé. Nosotros intentamos inculcarte los mejores valores pero tú ya venías de serie con tantas cosas buenas... es increíble como te haces querer por todo el mundo, tienes un don con las personas y una dulzura que enamora. Eres mi vida entera y si pudiera te tendría abrazada el resto de mis días. No sé si sabemos demostrarte cuanto te queremos y lo importante que eres. Jamás pensé que sería tan fácil querer, jamás pensé que tu padre se embobaría tanto contigo. Él quería un niño y ahora eres la princesa de sus ojos, su debilidad, nuestra debilidad.
Has superado un año de cambios con una gran madurez que de nuevo me ha sorprendido y ahora llega otro año de nuevas situaciones que sé vas a vivir plenamente. Quiero que entiendas que para mi siempre serás mi mundo, insustituible por nada ni por nadie. Nos has dado tanto que nunca podremos expresarlo. Eres mi fuerza.
Te miro y mi mundo se para, llegaste tú y desde entonces todo tiene un sentido. Te queremos princesa más de lo que jamás puedas entender.
Feliz cumpleaños con todo nuestro amor.

domingo, 4 de enero de 2015

¿Basta con el amor?

En una relación de pareja para mi la respuesta es no. Puedes querer con toda tu alma pero en una pareja hacen falta otros ingredientes para que la relación sea diferente de cualquier otra. Puedes querer con locura a tu familia o a un amigo, puedes sentir amor hacia ellos con todas tus fuerzas pero sólo eso. Hay otros muchos sentimientos y sensaciones que deberían diferenciar a tu pareja de cualquiera de esas personas.

Me suena bastante a excusa eso de que con los años todo cambia y el enamoramiento se acaba. Evidentemente la intensidad no es la misma al medio año de relación que cuando llevas media vida pero es una intensidad diferente, no tiene porque ser más o menos intensa. Sólo diferente. La primera es fruto de la ilusión de lo que emprendes, del descubrimiento cada día de esa otra persona y el camino que se inicia juntos. La segunda es la suma de experiencias vividas y compartidas, de pasar del ideal a la realidad con sus defectos y virtudes y el poder de aceptarlo. Pero la magia del amor de pareja tiene que seguir ahí. 

Veo a viejecitos que aún caminan de la mano tras una vida juntos y se miran con una ternura y sentimiento que eriza la piel, con un brillo de enamorados en los ojos que mucha gente pierde enseguida. Ese es el amor que quiero, eso es estar enamorado. Entiendo que el nivel de sensaciones puede ser diferente pero quiero cosas que sé que son posibles. Quiero la magia del enamoramiento, la pasión, la atracción física y el deseo hacia esa persona con la que compartes tu vida. Quiero compartir algo más que la vida pura y dura, algo más que compartir un piso y dejar pasar el tiempo compartiendo algún rato. Quiero ese amor que con el paso de los años sigue teniendo magia e ilusión. Quiero sentir y que sientan hacia mi esas cosquillas y mariposas en el estómago, esas ganas de que llegue el final del día o un día de fiesta para compartir tus minutos con la otra persona. Quiero esas miradas embobadas con brillo en los ojos pensando en lo guapa que ves a esa persona o lo afortunado que te sientes por tenerla a tu lado. Quiero que me echen de menos cuando no estamos juntos. Quiero esa sensación de querer estar juntos a cada instante. Quiero esa sonrisa estúpida todo el día en la cara.

Quiero saber a pesar de que pasen 10, 20 o 50 años seguiré siendo la persona más especial en la vida de mi pareja, la única persona que le haga sentir, la única persona a la que desee, con la que quiera compartir sueños y secretos, la única que le haga sentir cosquillas y despierte una sonrisa con solo mirar, la persona que ocupa sus pensamientos, la única que necesita a su lado capaz de renunciar al mundo entero si hace falta.

Y quiero todo esto porque yo aún lo siento así, yo lo vivo y entonces sé que existe, si una vez hubo no entiendo que hayan cosas que se apaguen. Puede pasar o no. Si también lo creéis y queréis así no os dejéis convencer por esas personas que no han sabido amar o no han sabido conservar esa magia y se conforman con el amor a secas. A mi con el amor no me basta y sé que es posible que hayan muchas más cosas así que si tampoco os basta seguid soñando con ello porque existe algo mejor.