lunes, 7 de septiembre de 2015

Perdida

Y la vida pasa... Mientras piensas qué pasará ella va pasando...así sin más. Y cada minuto más es un minuto menos pero nos centramos en nuestros grandes dilemas y estas pequeñas cosas las pasamos por alto y un día miras atrás y ves que, minuto a minuto, has perdido tanto...horas que pasaron, días que acabaron, sonrisas que no viste, momentos que no valoraste. Y ya es tarde. Puedes intentar disfrutar de lo que viene pero lo pasado ya se fue y no sabes ni como pasó... Ahora en el parque mirando como danzan las hojas de los árboles bajo la caricia del viento valoras esas cosas...y lo peor es que ahora lo ves todo tan fácil y tan simple y volverás a lo mismo sin darte cuenta, sin poderlo evitar. Volverás a estar perdida, a no saber quién quieres ni lo qué quieres. Volverás a preguntarte una y otra vez dónde está tu lugar y si estás dónde quieres. Volverás a buscar y no encontrar, volverás a los pros  y los contras, volverás a poner tu cuerpo en conflicto con una guerra mente y corazón, volverás a sentir que tú también tienes derecho y a la vez sentirás que has elegido tu camino y perdiste las oportunidades y el momento de cambio, volverás a necesitar sentirte importante y enseguida te dirás que ya no vas a ser más importante de lo que eres como madre y que ya no podrás serlo como persona individual ni como mujer...necesitarás una y otra vez tu espacio y verás que en ese mundo que solamente tú has creado no hay sitio para eso... Y te sentirás sola aunque no es eso lo que te molesta, quizá sea por supervivencia pero la soledad se ha vuelto tu aliada. Volverás a lo mismo, a caer una y otra vez porque es muy fácil decir que vas a vivir el Ahora, que vas a sonreir y disfrutar de lo que tienes pero cuando tu cuerpo, tu mente y corazón están atrapados en un lugar que no quieren estar, cuando estás perdida en este mundo, cuando no encuentras una salida ni solución a ese vacío interior el Ahora no importa, las sonrisas están sobrevaloradas y no puedes disfrutar de lo que tienes porque sería resignarte a que eso es lo que hay...y sólo queda esperar. Esperar el día que llegue a tu vida esa señal que necesitas para encontrarte, para ser tú plenamente y para conocerte y dejar que los demás lo hagan o esperar el momento de conseguir ordenar tu YO que es la suma de todas y cada una de las vivencias, de todas las batallas ganadas y sobretodo lo que es el resultado de todas las perdidas... Quizá la solución llegará cuando seas capaz de ordenar tu vida, priorizar y ocupar el lugar que te mereces.

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