Es curioso como a veces nos remontamos al pasado sin saber cómo nuestra mente ha llegado a ello. Una simple palabra, imagen, a veces incluso un olor evoca un recuerdo y entonces se pone en marcha ese engranaje que recrea todo aquel momento casi al detalle. Sentimos de nuevo aquella sensación, aquellos instantes.
Se remueve un cúmulo de sentimientos, de miedos o alegrías, y parece que el tiempo no ha pasado. Intentas apartar todo eso de tu mente pero a veces es muy fuerte. El reloj se detiene y da marcha atrás
De nuevo estás ahí, tú y tus circunstancias pasadas, parte de esas que te han hecho como eres. No sabrías decir como has llegado a ello pero de pronto en tu interior mil sensaciones han despertado, mil heridas ocultas, todo eso que creías haber dejado atrás un día surge de nuevo. Aquello que tanto te hizo sufrir, aquello que no tenía explicación ni motivo alguno. Aquel ¿por qué? una y otra vez.
Puedes recrearte en ello una y otra vez, puedes volver a llorar con aquellas mismas lágrimas, puedes lamentar todo aquello ocurrido o bien puedes sonreír porque lo has dejado atrás, porque te ha fortalecido y has sobrevivido. Puedes intentar recordar cada una de las sonrisas que han habido y valorarlas por encima de todo. Puedes quedarte con aquellos momentos de alegrías que también hubieron. Igual que entonces pudiste decidir seguir adelante ahora debes volver a decidirlo. Es parte de nuestra biografía, es parte de nuestro yo y es parte de eso que tú eres hoy.
Y tú vales, tú puedes y en parte gracias a esos momentos difíciles, a esos del pasado a los que te remontas sin saber cómo....
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