Déjame correr por la arena queriendo atrapar la brisa,
queriendo escapar de las olas.
Déjame mirarte mientras desapareces a lo lejos,
hasta que no me alcance la vista.
Déjame en este silencio que quiero oírlo sola.
Déjame soñar que vuelo y que soy libre,
pero que sea solo un sueño.
Déjame caer despacio y tumbarme sobre el suelo
húmedo de lágrimas, de sal, de miedos.
Déjame recordar las risas una y otra vez, deja que retumben
en mi cabeza cómo si fuera nuestro presente.
Déjame si juego a recoger conchas y las coloco junto a mi
colección de sueños.
Déjame si un día creí en un cuento.
Déjame pensar que fui importante, tan importante
como para mi fue.
Déjame creer que ese beso será eterno, déjame sentir
una vez más esa caricia.
Déjame rezar para que te des la vuelta y corras hacia mi.
Déjame aquí sentada mirando el horizonte y sintiendo
envidia de su relación con el mar.
Déjame leer una y otra vez aquella carta que escribiste.
Déjame que pinte de nuevo en la arena el corazón que
la marea se llevó.
Déjame poner por última vez nuestros nombres en el interior.
Déjame pensar que aún te gustan mis cursiladas, mis
post-it en la puerta o al lado de la almohada.
Déjame acostada en la arena mientras veo las nubes
pasar y preguntarme si al final se detienen.
Déjame pedirte solo una cosa más...
Déjame hacer todo esto pero tú a mi no me dejes.
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